El país sirio-mesopotámico es desde hace algunos años el marco de las investigaciones del “Proyecto Arqueológico Medio Éufrates Sirio” (PAMES), una iniciativa científica sirio-española, coordinada por la Facultad de Humanidades de la Universidade da Coruña y la Dirección General de las Antigüedades y Museos de Damasco. En septiembre de 2004, las dos instituciones firmaron un acuerdo para crear una misión arqueológica conjunta. Este proyecto nació para estudiar una región de Siria casi inexplorada por la arqueología. El sector elegido para desarrollar esta investigación ha sido una sección del valle del Éufrates, situada en la provincia de Deir ez-Zor. Este sector está marcado por un accidente geográfico: la garganta de Halabiya o Khanuqa, que en árabe significa “estrangulador” o “desfiladero”. Se trata de un lugar estratégico donde el cauce del río está encajado, debido a su naturaleza geológica. Este punto de la geografía del Éufrates era un lugar magnífico para controlar el tráfico fluvial en la Antigüedad.


La garganta basáltica de Khanuqa debió condicionar el devenir histórico de la región sirio-mesopotámica. Debido a su valor geoestratégico, el hombre intentó, desde los orígenes de la civilización, efectuar un control estricto sobre ésta. A pesar de su importancia, la arqueología nunca se ha interesado por este lugar hasta la llegada de la misión sirio-española, que ha comenzado a desvelar algunos aspectos desconocidos en lo que se refiere a la Edad del Bronce en la región.
Khanuqa constituía una frontera natural, un punto de control sobre la circulación de mercancías y poblaciones, así como sobre la transmisión de ideas e innovaciones técnicas y culturales. Los grandes imperios mesopotámicos debieron hacer un uso interesado de este lugar estratégico. Es probable que aquí se encuentre, desde el III milenio a.C., la frontera del Norte del reino de Mari. Es posible, además, que esta región haya sido el escenario de los conflictos territoriales entre dos grandes potencias políticas y militares de finales del II milenio a.C.: el imperio asirio y el reino de los hititas.

Khanuqa: una región olvidada.
Las referencias a esta región por parte de los especialistas son claras sobre su importancia: « la région située entre le Khanouqa et Deir ez-Zor n’a pas encore fait l’objet de prospections détaillées » escribieron Calvet y Geyer (1992). Margueron (1999), piensa que « des recherches et des prospections seraient les bienvenues dans cette section qui n’a pas encore fait l’objet d’une étude approfondie », y concluye a continuación: « sera-t-on alors conduit à accorder plus d’importance qu’on ne le fait actuellement à ce tronçon de l’Euphrate ». Y la misma opinión se encuentra también en Geyer y Monchambert (2003). « Un tronçon du fleuve et de sa vallée », han escrito hace unos años, « reste donc dans l’ensemble inexplorée, entre Halabiya et Deir ez-Zor».
Esta situación contrasta con la de las regiones circundantes, donde varios equipos llevaron a cabo cuatro prospecciones sistemáticas entre los años 70 y 80. Las recordamos de manera sumaria:

  • 1976-1977: región entre Deir ez-Zor y Meyadin.
  • 1978-1979: región de Terqa-Tall ‘Ashara.
  • 1982-1985: región entre Deir ez-Zor y Abu Kemal.
  • 1983-1984: región entre Tabqa y Halabiya.
    Hay añadir a éstas la prospección de la zona del Yebel Bishri realizada por un equipo finlandés entre 2003 y 2005, que ha incluido parte del valle del Éufrates, en particular, un sector de su ribera derecha entre Halabiya y Deir ez-Zor. Y, en 2006, una misión franco-siria ha reanudado la investigación arqueológica en Zenobia-Halabiya.

El interés histórico de la región del Medio Éufrates y la frontera del Norte del reino de Mari.
A pesar de la abundante documentación epigráfica descubierta entre las ruinas del palacio de Mari, no se conoce hasta ahora ningún dato textual explícito que nos informe sobre los límites territoriales precisos de este antiguo reino.
Habida cuenta de la limitación de las fuentes escritas, pensamos que la arqueología puede arrojar nueva luz sobre la cuestión de la territorialidad de Mari. Dentro de esta problemática, se encuentra la localización de la frontera septentrional del reino mariota en la Edad del Bronce, uno de los objetivos de nuestro proyecto arqueológico.
El río Éufrates a su paso por Siria está marcado por una serie de gargantas que dan nacimiento a varias secciones bien delimitadas. Se pueden distinguir tres unidades individualizadas:
-La primera es la de la “boucle” del Éufrates, que comprendería desde su entrada en Siria hasta Tabqa; el Éufrates recibe en este sector al río Sayur.
-La segunda unidad se sitúa entre las gargantas de Tabqa y Khanuqa; aquí el Éufrates recibe las aguas del Balikh.
-Y la tercera unidad corresponde al curso entre Khanuqa y la garganta de Baghuz, cerca de Abu Kemal; aquí desemboca el río Khabur. Está claro que el principal centro urbano en este ámbito, de una longitud de 180 km aproximadamente, es la ciudad de Mari. A partir de Baghuz, el Éufrates entra en Iraq, donde se transforma en un estrecho valle de escaso valor agrícola.
La fundación de Mari hacia 2900 a.C. fue el resultado de una decisión bien deliberada, fruto de una política de reorganización regional destinada a convertir al reino de Mari en una base económica que controlara el eje de los intercambios por vía fluvial entre la Siria del norte y Mesopotamia. Mari es el fruto de una política de acondicionamiento del territorio, diseñada por un pensamiento que tenía una clara conciencia de la geografía y las fuerzas económicas de su época.
¿Cuáles eran las fronteras del reino mariota? ¿Se correspondían, como se podría pensar a priori, a la tercera unidad eufrática de 180 km de longitud? ¿Es necesario, por lo tanto, buscar la ciudad de Dur-Yahdun-Lim, fortaleza que defendía el Noroeste del reino en la época amorrea, cerca de la garganta de Khanuqa, y no en la actual Deir ez-Zor o sus proximidades como piensan algunos? ¿Las ciudades I y II de Mari tenían también su propia fortaleza del Norte, es decir, su ciudad fronteriza septentrional que controlara el tráfico fluvial del Éufrates y, en particular, la puerta de acceso al reino?
Éstas y otras preguntas son la base del presente proyecto de investigación.

Los primeros trabajos en la garganta de Khanuqa.
Los trabajos científicos sobre los vestigios arqueológicos del desfiladero de Khanuqa no son muy numerosos. Las primeras referencias bibliográficas sobre la arqueología de la región se deben a viajeros europeos de finales del siglo XIX y principios del XX. Podemos citar, entre otros, los trabajos de los alemanes Sachau (1883) y Sarre y Herzfeld (1911), de la inglesa Bell (1910), y la misión de reconocimiento del Éufrates efectuada en 1922 por el militar francés Charles Hérault.
Entre los trabajos de carácter de verdaderamente arqueológico, se encuentran la investigación, en 1936, de la necrópolis bizantina de la ciudad de Halabiya por la misión de la Universidad de Yale en Dura Europos. El arquitecto francés Lauffray seguiría estos trabajos en la antigua Zenobia, durante los años cuarenta. En 1948, el prehistoriador Pervès publicó un estudio sobre la industria paleolítica y los tumuli situados cerca de la ciudad de Zalabiya. Finalmente, Kohlmeyer (1984) y, más recientemente, Geyer y Monchambert (2003) nos han dejado algunas referencias de interés sobre distintos aspectos arqueológicos de la garganta de Khanuqa.

Objetivos científicos del PAMES.
Con la finalidad de estudiar la garganta de Khanuqa y su papel como frontera política en la Antigüedad preclásica y clásica, el “Proyecto Arqueológico Medio Éufrates Sirio” ha puesto en marcha un estudio regional organizado en cuatro ejes de investigación:

  • Las primeras culturas protourbanas: la cultura de Uruk.
  • La frontera del Norte del reino de Mari y la segunda revolución urbana.
  • La política expansionista del imperio Asirio Medio.
  • La frontera oriental del imperio Bizantino.

Los nuevos trabajos de investigación en Khanuqa.
Los trabajos de campo realizados hasta la fecha por el equipo sirio-español están poniendo de relieve el gran valor histórico que posee la garganta de Khanuqa. Los trabajos, en la primera fase del proyecto, se han centrado en dos aspectos diferentes:

  • El primero tenía por objetivo la investigación y la localización de yacimientos arqueológicos de época preclásica. El resultado obtenido en la prospección ha permitido identificar varios yacimientos datados entre el IV y el II milenio a.C.
  • El segundo objetivo se ha centrado en la ciudad bizantina de Tall as-Sin, en particular sobre el modo de vida y las costumbres funerarias de este enclave de los siglos VI y VII d.C. situado en la frontera entre los imperios romano y persa.
    En la segunda fase de la investigación, actualmente en curso, el proyecto concentra sus esfuerzos en la excavación de dos yacimientos: Tall Qabr Abu al-‘Atiq y Tall Humeida, en la entrada de la garganta de Khanuqa. El estudio del primer yacimiento está contribuyendo, por un lado, a definir la vida urbana en los límites territoriales del Norte del reino de Mari durante el III milenio a.C. y, por otro, a conocer el proceso de expansión del imperio asirio durante el siglo XIII a.C. El segundo yacimiento es un lugar clave para estudiar las culturas de Obeid y de Uruk (V y IV milenios a.C.).